lunes, 30 de octubre de 2017

causas del cáncer de mama

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¿Cómo se originiga el cáncer de seno?

Los cambios o mutaciones en el ADN pueden causar que las células normales del seno se vuelvan cancerosas. Ciertos cambios en el ADN se heredan de los padres y pueden aumentar significativamente su riesgo de cáncer de seno. Otros factores de riesgo relacionados con el estilo de vida, como la alimentación y cuánto ejercicio hace, pueden aumentar la probabilidad de padecer cáncer de seno, aunque aún no se sabe exactamente cómo algunos de estos factores de riesgo causan que las células normales se conviertan en cáncer. Las hormonas parecen desempañar un papel en muchos casos del cáncer de seno, aunque no se conoce totalmente cómo ocurre esto.

Mutaciones hereditarias frente a mutaciones adquiridas del ADN

Las células de los senos normales se convierten en cancerosas debido a cambios (mutaciones) en el ADN. El ADN es el producto químico de nuestras células que conforma nuestros genes. Los genes tienen las instrucciones sobre cómo funcionan nuestras células. Algunas mutaciones en el ADN son hereditarias, o sea que se adquieren de sus padres. Esto significa que las mutaciones están en sus células al nacer y algunas mutaciones pueden aumentar notablemente el riesgo de ciertos tipos de cáncer. Las mutaciones causan muchos de los cánceres que son frecuentes en algunas familias, y a menudo causan cáncer cuando las personas son más jóvenes.
No obstante, la mayoría de los cambios en el ADN vinculados al cáncer de seno son adquiridos. Esto significa que el cambio ocurrió en las células del seno durante el transcurso de la vida de una persona, y no es un cambio que se heredó o que se tenía al nacer. Los cambios del ADN adquiridos ocurren con el paso del tiempo solamente en las células del cáncer de seno.
Un ADN mutado puede dar lugar a genes mutados. Algunos genes controlan cuándo crecen nuestras células, cuándo se dividen para formar nuevas células y cuándo mueren. Los cambios en estos genes pueden causar que las células pierdan el control normal y están vinculados al cáncer.

Protooncogenes

Los protooncogenes son genes que ayudan al crecimiento normal de las células. Cuando un protooncogen experimenta algún tipo de mutación (cambio), o hay demasiadas copias de él, pasa a ser un gen “malo” que puede quedarse encendido o activado cuando no se supone que lo esté. Cuando esto sucede, la célula crece fuera de control y produce más células que crecen descontroladamente. Esto puede causar el cáncer. Este gen malo se llama oncogén.
Imagínese que una célula es como un automóvil. Para que el automóvil funcione bien, se necesitan formas de controlar qué tan rápido se desplaza por las avenidas. Un protooncogen normalmente funciona de una manera muy similar a un acelerador. Ayuda a controlar la manera y el momento en que las células crecen y se dividen. Un oncogén es como un acelerador que está permanentemente presionado y que ocasiona que la célula se divida sin control.

Genes supresores de tumor

Los genes supresores de tumores son genes normales que desaceleran la división celular (crecimiento celular), reparan los errores en el ADN, o indican a las células cuándo deben morir (un proceso conocido como apoptosis o muerte celular programada). Cuando los genes supresores de tumores no funcionan adecuadamente, las células pueden crecer fuera de control, producir más células que crecen en forma descontrolada, y no mueren cuando deberían hacerlo, dando lugar al cáncer.
Un gen supresor de tumor es como el pedal del freno en un automóvil. Normalmente evita que la célula se divida muy rápidamente del mismo modo que el freno impide que un automóvil se conduzca demasiado rápido. Cuando algo anda mal en el gen, como en el caso de una mutación, el “freno” no funciona y la división celular puede descontrolarse.

Cambios genéticos hereditarios

Ciertas mutaciones hereditarias (cambios) en el ADN pueden aumentar dramáticamente el riesgo de padecer ciertos cánceres y se vinculan a muchos de los cánceres que afectan a algunas familias. Por ejemplo, los genes BRCA (BRCA1 y BRCA2) son genes supresores de tumores. Cuando uno de estos genes cambia, ya no suprime el crecimiento celular anormal, y es más probable que se origine el cáncer. Un cambio en uno de estos genes puede ser transmitido de los padres a los hijos.
Las mujeres ya se han comenzado a beneficiar de los avances en la comprensión de las bases genéticas del cáncer de seno. Las pruebas genéticas pueden identificar a algunas mujeres que han heredado las mutaciones en los genes supresores de tumores BRCA1 o BRCA2 (o con menos frecuencia en otros genes tal como PALB2, ATM o CHEK2). Estas mujeres pueden tomar medidas para reducir su riesgo de cáncer de seno, y desarrollar planes para identificar cambios en sus senos a fin de ayudar a descubrir el cáncer en una etapa más temprana, más tratable.Debido a que estas mutaciones en los genes BRCA 1 y BRCA 2 también están relacionadas con otros tipos de cáncer (además del cáncer de seno), las mujeres con estas mutaciones también pueden considerar pruebas de detección tempranas y acciones preventivas para otros cánceres.
Las mutaciones en los genes supresores de tumores, como los genes BRCA, se consideran de “alta penetrancia”, ya que a menudo conducen a cáncer. Aunque muchas mujeres con mutaciones de alta penetrancia padecen cáncer, la mayoría de los casos de cáncer (incluyendo cáncer de seno) no son causados por esta clase de mutación.
Con más frecuencia, las mutaciones de baja penetrancia o variaciones genéticas son un factor en el desarrollo de cáncer. Puede que cada una de éstas tenga un efecto pequeño en el desarrollo del cáncer de una persona en particular; sin embargo, el efecto general en la población puede ser considerable ya que las mutaciones son comunes, y las personas a menudo tienen más de una al mismo tiempo. Los genes involucrados pueden afectar los niveles hormonales, el metabolismo u otras cosas que impactan los factores de riesgo para el cáncer de seno. Estos genes pueden causar la mayor parte del riesgo de cáncer de seno que padecen algunas familias.

Cambios genéticos adquiridos

La mayoría de las mutaciones del ADN relacionadas con el cáncer de seno ocurre en las células del seno durante el transcurso de la vida de una mujer, y no son heredadas. Estas mutaciones adquiridas de los oncogenes y/o de los genes supresores de tumores pueden ser el resultado de otros factores, tal como radiaciones o de sustancias químicas que causan cáncer. No obstante, hasta el momento se siguen desconociendo las causas de la mayoría de las mutaciones adquiridas que podrían causar cáncer de seno. La mayoría de los cánceres de seno tiene varias mutaciones genéticas que son adquiridas.
Las pruebas para identificar cambios genéticos adquiridos pueden ayudar a los médicos a predecir con más precisión el pronóstico de algunas mujeres con cáncer de seno. Por ejemplo, las pruebas pueden identificar a mujeres cuyas células cancerosas del seno tienen demasiadas copias del oncogén HER2. Estos tipos de cáncer tienden a crecer y propagarse rápidamente. Hay medicamentos que atacan a estos cambios en las células cancerosas y mejoran los resultados del tratamiento.

Encuentra mas información en esta pagina https://www.youtube.com/watch?v=DsH3xR4YsLs

lunes, 23 de octubre de 2017

El cáncer del seno en las mujeres jóvenes




El hablar del cáncer de mama o cáncer del seno podría parecerte un tema de “viejas”. No porque seas insensible, sino porque en realidad siempre has oído que es un cáncer que tiende a aparecer después de los 40 y cuando ya se acerca la menopausia. Sin embargo, existen casos que demuestran que el cáncer del seno puede presentarse en mujeres jóvenes y también, puede ser mortal. ¿Recuerdas el caso de la adorable cantante Soraya? Ella fue diagnosticada con cáncer del seno cuando sólo tenía 31 años y estaba aparentemente sana: llevaba una dieta saludable, hacía ejercicio regularmente y meditaba. Murió a los 37, no sin antes luchar a capa y espada contra la enfermedad e incentivar a otras mujeres a que estuvieran conscientes acerca de ella y de la importancia de hacerse un autoexamen. Ella misma descubrió que tenía un bulto en uno de sus senos y eso permitió que le detectaran el cáncer. En el caso de Soraya existía un gran componente genético, porque su abuela y su madre también murieron de cáncer de mama.
Existen varios factores que pueden ponerte en riesgo de desarrollar cáncer de mama, sin importar tu edad:
  • Antecedentes familiares de cáncer del seno o mama, en especial si se trata de tu mamá, una hija o una hermana.
  • Antecedentes personales de cáncer de mama u otras enfermedades del seno no cancerosas.
  • Si has recibido radioterapia en el pecho antes de los 40 años.
  • Evidencia de que tienes un defecto genético (mutaciones BRCA1 y BRCA2) que aumenta el riesgo de desarrollar cáncer de mama.
  • Un resultado del Índice Gail de por lo menos 1.7%. Este índice calcula el riesgo que tiene una mujer de desarrollar cáncer de mama en los próximos cinco años teniendo en cuenta factores como la edad, la historia familiar de cáncer del seno, la edad del primer período menstrual, la edad del primer embarazo y el número de biopsias de mama.
  • Otros factores de riesgo incluyen el abuso de bebidas alcohólicas, consumo elevado de carnes rojas, tejido mamario denso, obesidad y raza (las mujeres blancas no hispanas presentan el índice más alto de acuerdo al Instituto Nacional del Cáncer).

¿Es diferente el cáncer del seno en las mujeres jóvenes?

¿Qué lo hace diferente? Esta pregunta puede ser la que te esté asaltando en este momento. La verdad es que el cáncer del seno en las mujeres jóvenes (de menos de 40 años) puede ser más difícil de diagnosticar porque el tejido mamario es más denso y puede suceder que para cuando se pueda identificar un quiste o bulto, el cáncer ya haya avanzado demasiado.
Además el cáncer de mama en las mujeres jóvenes puede ser más agresivo y responder menos al tratamiento. Otro factor que hace que este tipo de cáncer sea diferente en las mujeres jóvenes, es el retraso en el tratamiento. Muchas mujeres ignoran los signos de alerta, como un bulto, quiste o un flujo inusual, porque una vez más, creen que son muy jóvenes para tener cáncer.  Como existen algunos quistes que son benignos, es muy común que piensen que se trata de eso. Incluso, algunos trabajadores de la salud pueden decir que es mejor “esperar y ver” si el quiste cambia para tomar medidas. Si tú tienes un quiste o bulto y tu médico te dijo que esperaras sin hacerte ningún estudio, yo te aconsejo que busques una segunda opinión. Es mejor estar segura.
Tal vez hayas oído que a las mujeres menores de 40 años no se les deben hacer mamogramas o mamografías. Esto se debe a que el tejido mamario es denso en mujeres jóvenes y la mamografía no es tan efectiva para detectar anormalidades. Sin embargo, si tu médico te lo ordena, es para descartar alguna sospecha. En algunas ocasiones un estudio de resonancia magnética (MRI) podría estar indicado. Pero, si hay un bulto generalmente un ultrasonido y/o una biopsia podrían ser mejores estudios. Tu médico te puede guiar.

¿Cómo se puede prevenir el cáncer del seno en las mujeres jóvenes?

La mejor arma de prevención es la detección temprana. Las estadísticas indican que el 90% de las mujeres a quienes se les detecta el cáncer del seno en una etapa temprana, sobrevive a la enfermedad. Por eso, no te tomes como una carga la recomendación de hacerte el autoexamenuna vez al mes. Es sencillo, toma poco tiempo y puede salvarte la vida. Y no te olvides de visitar a tu médico mínimo cada tres años, entre los 20 y los 40 años, para un examen de rutina y anualmente a partir de los 40. Y desde luego de inmediato, si notas alguna anormalidad.
Como dijo la cantante Soraya alguna vez: “Las mujeres deben respetarse a si mismas y tomar responsabilidad sobre sus propias vidas. Si eres una mujer de más de 20 años, tienes que tener la suficiente autoestima como para hacerte un examen del seno”.
Así que hazlo por ti. Quiérete. Cuídate. Hazte el autoexamen y visita a tu médico.


vídeos complementarios 
http://vimacancer.blogspot.com/